¡Hola, cazadividendos! Una excedencia, un año sabático, romper con la rutina durante unos meses tiene un efecto muy curioso con el que no contaba. Sabes perfectamente que quieres vivir de otra manera y esa es la razón de buscar la independencia financiera para poder hacerlo cuanto antes, pero cuando la experimentas durante unos meses, aunque sea de manera temporal, te das cuenta que vivir para trabajar, porque eso es lo que hacemos en muchos casos, no tiene sentido.
Cuando intento explicárselo a mi entorno me da la impresión de que no soy capaz de hacerme entender. «¡Claro que se está mejor sin trabajar!«, exclaman. Pero no es esa la idea. Lo intento explicar una y otra vez y de diferentes maneras porque creo que es algo que puede suponer un punto de inflexión en su actitud ante la vida, pero creo que en el fondo piensan que soy un vago y sólo intento justificarme.
A ver si lo consigo con este artículo. Si sois lectores de Los Cazadividendos habréis sido testigos de todo el proceso. Primero revisamos todas las opciones para cambiar de vida, después tratamos la reacción de nuestro entorno y finalmente hablamos de los aspectos clave en la nueva vida. Hoy finalizamos hablando de las nuevas sensaciones, después de constatar con la experiencia que intentar cambiar de vida era casi obligatorio.
Contenidos
Nuestra manera de vivir no tiene sentido
¿A qué me refiero con «nuestra manera de vivir»? Pues a lo que hacemos en un día normal y corriente, y cómo lo hacemos. Cuando lo ves desde fuera, cuando coges perspectiva ves claramente que vamos con el piloto automático y a poco que te paras a pensar el castillo de creencias se desmorona: la pensión, el salario, la salud, la educación de los niños, la actitud ante el dinero…
Igual este artículo es más aplicable a una gran ciudad que a localidades más pequeñas, pero creo que te sentirás identificado en mayor o menor medida.
Antes de nada me gustaría mostrarte este vídeo de José Múgica, que probablemente ya habrás visto porque se hizo viral, pero que en mi opinión es muy revelador y relevante para el tema que nos ocupa.
¿Otra vez con el rollo del consumismo? ¿Otra vez hablarás de ahorro, de consumo responsable y de construir fuentes de ingresos alternativas? No, esta vez hablaré puramente de sus consecuencias y de cómo marcan aspectos fundamentales de tu vida. Sin más.
El consumismo hace que estés atado al trabajo de manera inquebrantable y el trabajo marca tu manera de vivir de manera inequívoca. No es que trabajar sea malo. No tiene por qué. Pero lo que sí es cierto es que la mayoría de trabajos hacen que no vivas como tú quieres: que no veas suficientemente a tu familia, que no te cuides lo suficiente, que estés en un estado de estrés permanente y que esperes el fin de semana como remedio temporal contra este escenario.
Tomar perspectiva te hace darte cuenta
¿Y por qué ahora? Porque cuando sales de la vorágine y haces cosas «normales» ves lo extraño de las cosas que hacías antes. Ese es mi caso: llevo cuatro meses con una rutina completamente distinta a lo que marcan los cánones sociales.
Nadie lo entiende. ¿Por qué un tío de cuarenta y cuatro años decide dejar un buen trabajo durante nueve meses, arriesgando su estilo de vida actual, que muchos envidian?
O mejor dicho, sí lo entienden. Las razones son fáciles de entender (dedicar tiempo a tu familia, descansar, coger fuerzas, desconectar del trabajo un tiempo, etc….) pero lo ven tan arriesgado, tienen tan interiorizado que la única manera de vivir es la que estoy dejando, que les parece una temeridad.
Por otro lado, uno de mis respuestas recurrentes cuando alguien me explica una situación personal y me pregunta qué hacer es devolverle la pregunta. La respuesta la tienes tú, le digo, hazte la pregunta pero francamente. Lo mejor es dar un paso atrás, olvidarte de los prejuicios, observar con espíritu crítico y valorar las cosas en su justa medida. Es decir, mirar con perspectiva, sin ser parte de lo que estás analizando.
Una vez más se demuestra que hablar es muy sencillo pero aplicarlo muy complicado. En mi caso, estar unos meses sin trabajar, cosa que cambia radicalmente tus rutinas, me ha hecho ver cosas que no tenía claras o que me parecían complementarias y ahora me parecen fundamentales.
El trabajo y una rutina tóxica
Algunos de los conceptos que trataré a continuación ya los habíamos comentado, pero creo que es bueno plantearlos desde el punto de vista de José Múgica: es miserable gastar la vida para perder la libertad. En el fondo se resumen en que nuestra vida diaria nos impide ser felices y no es por el trabajo en sí, si no por mil derivadas del hecho de trabajar que nos sumergen sin darnos cuenta en una rutina tóxica.
El trabajo tiene menos retorno
El trabajo actual tiene menos recompensa que hace unos años. Por mucho que se empeñen en mostrarnos datos que demuestran que los salarios crecen, lo cierto es que, cuando hablas con al gente, te das cuenta de que los salarios siguen estancados. En algunos sectores, como el de las tecnologías de la información, se cobra lo mismo que hace diez años.
Y lo peor no es eso. Lo peor es que en muchos sectores esos salarios no aumentan, no evolucionan en función de méritos y que el mismo perfil cobra menos hoy que hace unos años.
Hace unas décadas una familia podía vivir bien con el sueldo de uno de sus miembros. Normalmente era el del hombre, porque la mujer muchas veces se quedaba en casa. Sin duda su incorporación al mundo del trabajo es un gran logro, pero en mi opinión ha dejado de ser una opción.
Es decir, no es que las mujeres (o los hombres, que para el caso es lo mismo) puedan decidir trabajar o no trabajar. En la mayoría de casos es una obligación, porque el nivel de los salarios, los precios de la vivienda (sea de compra o de alquiler) y la escalada consumista (a la cual es muy difícil resistirse) conforman una ecuación sin solución a menos que incorporemos un segundo sueldo.
O dicho de otra manera: si la vivienda son 700 € al mes y un salario son 1.100 €, o introducimos un segundo salario o no comemos.
La familia
Esto tiene un efecto importantísimo en la familia. Si los dos miembros de la pareja trabajan hay que hacer un encaje de bolillos para mantener el equilibro familiar. Por poner tres ejemplos:
- Los niños entran al cole a las nueve, pero a esa hora los padres ya están camino al trabajo. Afortunadamente los colegios suelen ofrecer la hora de acogida, un servicio de pago para aceptar a los niños antes de las nueve.
- Los niños salen del cole a las cinco, pero a esa hora los padres aún están trabajando. Pagar actividades extraescolares, un canguro o que los abuelos vayan a recogerlos son las soluciones típicas.
- Cuando los padres llegan a casa todo está por hacer: la compra, limpiar, preparar la cena, etc… Contratar a una asistenta que nos ayude con las tareas domésticas es algo cada vez más habitual.
Por supuesto, esto es una generalización. No a todo el mundo le pasará esto, pero en una gran ciudad, con trayectos largos al trabajo, es bastante habitual.
En esta situación, tu vida familiar podría empezar perfectamente a las ocho de la tarde, cuando has pasado por el súper y has recogido a los niños de las actividades extraescolares. Y esa vida familiar la tendrás que compaginar con preparar la cena, bañar a los niños, etc… Y si los niños son pequeños a las nueve o diez de la noche se van a dormir.
Relee este último párrafo porque es sencillamente demoledor. De lunes a viernes nuestra vida familiar empieza a las ocho de la tarde y acaba a las diez de la noche. Y a esa hora nos desplomamos en el sofá frente a algún contenido televisivo poco exigente para desconectar e intentar tranquilizar el alma para poder dormir. Y al día siguiente vuelta a empezar.
Los horarios
Intenta introducir en la rutina que explicaba en el punto anterior algún imprevisto. Por poner un ejemplo:
- Un trámite en La Administración. Puede ser el ayuntamiento, la Agencia Tributaria, la Seguridad Social… Ya sabes, los que abren de 8.00h a 15:00h.
- Llevar el coche al taller. Abren a las 8:00h. Si madrugas mucho puedes ser el primero y a las 8:15h puedes irte zumbando al trabajo.
- Visita al médico a las 10:00h. Te duele mucho ese hombro y es la única hora libre que tenían. Como me prescriban sesiones de rehabilitación diarias me parten por la mitad.
- Viene el técnico de la caldera a casa. Te dejan escoger horario de mañana o de tarde, pero en tramos de 4 horas.
Estos son sólo cuatro ejemplos, pero hay muchísimos más:
- Los notarios abren sólo por la mañana excepto un par de días que también abren por la tarde. Si decides ir uno de esos días prepárate, estarás toda la tarde allí.
- El agente de seguros cierra a las 19:00h.
- La última hora de mi médico de cabecera son las 18:50h.
- El banco suele abrir a las 8:15h y normalmente no abren por la tarde, excepto si era una caja de ahorros. En este caso, igual continúan abriendo los jueves por la tarde hasta las 19:45h en horario de invierno.
Da la impresión de que la rutina familiar ha avanzado en una dirección pero que la sociedad no se ha adaptado a esos cambios.
Mucho se habla de conciliación de vida laboral y familiar, del teletrabajo y de horarios flexibles, pero lo cierto es que queda mucho camino por recorrer en este aspecto. Trabajar en remoto o tener horarios cambiantes no encaja mucho con la picaresca española.
Entiéndeme bien, no digo que no sepamos hacerlo, digo que este tipo de facilidades requieren responsabilidad por parte de unos y confianza por parte de otros. Según mi experiencia, tenemos mucho que aprender aún.
Asumiendo que esto está logrado y que todos actuamos responsablemente, llevar el coche al taller el lunes, implicará que tendrás que recuperar horas el resto de la semana, cosa que afectará aún más a la conciliación familiar y laboral. O dicho de otro modo, la flexibilidad te permite adaptar tu horario de trabajo para poder atender a tus otras obligaciones, pero esas adaptaciones afectarán al horario del resto de días. Es como una rueda sin fin. La flexibilidad de hoy compromete tu conciliación de mañana.
La salud
Y todo este escenario acaba minando nuestra salud. Horarios que ocupan todo el día, obligaciones familiares, estrés porque no llegas a todo, etc… Todo esto se suma al estrés propio del trabajo en sí. No sé si opinas lo mismo que yo, pero creo que el estrés es uno de los grandes problemas del escenario laboral actual.
La rentabilidad se consigue haciendo más cosas pagando lo mismo y en muchos trabajos ese es el camino que se está escogiendo. Y cuando no tienes tiempo de hacerlo todo o tienes más cosas de las que puedes gestionar de manera fluida aparece el estrés.
¿Qué se podría hacer para intentar compensar esto? Está claro: deporte, comer bien, dormir bien, intentar desconectar cuando no estás trabajando… Pero todo esto es bastante complicado.
Intenta meter el deporte en la rutina que hemos descrito antes. Complicado, ¿no? Puedes hacerlo, por supuesto, pero posiblemente será a costa de dedicar menos tiempo a la familia o perder horas de sueño. Más de uno lo hace y se apunta a un gimnasio. En el mejor de los casos consigue ir de manera habitual, cosa que beneficia directamente a su salud, pero también tendrá efectos negativos en la economía familiar. Exagerado, pensarás. A ver si no puedo ir al gimnasio… Sí, claro que puedes. Es más, debes. Pero eso no significa que eso te meta un poco más en la rueda. Quédate con la idea que luego volveré sobre ella.
Lo mismo con la comida. Llevar una dieta saludable es bastante complicado. La teoría es sencilla, pero llevarla a la práctica no lo es tanto. Es habitual que el trabajo o tus obligaciones familiares al salir te obliguen a comer en poco tiempo: como un bocadillo y ya cenaré bien. Y esta noche me preparo algo de comida para mañana y así no me vuelve a pasar.
Pero llega la hora de la cena y tienes poco tiempo y acabas comiendo lo primero que encuentras en la nevera, que no suele ser demasiado sano. Y para colmo los niños te piden que les ayudes con los deberes del día siguiente, que se les están resistiendo. Lo de hacer el tupper para mañana creo que no va a poder ser. Me da que mañana volveré a comer mal. Otra vez la rueda sin fin 🙂
Los servicios que necesitamos
Vaya panorama, ¿no? Un trabajo duro con un sueldo demasiado bajo y unos horarios exigentes que no me dejan tiempo para mi familia o para cuidar mi salud. ¿Cómo consigo que todo cuadre? Sencillo, si no llego a todo la única manera de que se aguante todo este castillo de naipes es pagando para que alguien se encargue de las obligaciones tuyas a las que no puedes llegar:
- Un asistente o asistenta para hacer las tareas del hogar y tener más tiempo para disfrutar con la familia.
- Un seguro de salud privado para tener atención inmediata y poder escoger médicos que se adapten a nuestro horario.
- Un gimnasio para intentar estar bien de salud.
- La hora de acogida porque los niños empiezan el cole después de que nos hayamos ido a trabajar y el comedor de los niños, porque a esa hora estamos trabajando.
- Actividades extraescolares para que los niños aprovechen el rato desde que salen del colegio hasta que llegamos nosotros.
Y todo esto es dinero. Haciendo un cálculo rápido pueden ser perfectamente unos 600 € para una pareja con un niño. No sé si se ve la paradoja. Tu situación te hace necesitar un montón de servicios para mantener una situación que es la que te hace necesitar esos servicios. Otra vez la rueda sin fin. Imagínate que tu sueldo son 1.200 €. ¿Un trabajo estresante, una vida familiar con carencias, no cuidar tu salud por 600 €?
Vale, acepto que ahí he entrado peligrosamente en el terreno de la demagogia. Muchas veces no podemos elegir y sólo podemos seguir hacia adelante, pero conviene parar y analizar la situación. Hacerlo y ser conscientes del precio que pagamos puede hacernos tomar decisiones valientes que no nos plantearíamos si simplemente seguimos por inercia.
La gran pregunta sería: ¿puedo reducir gastos o buscar esos 600 € en alguna otra fuente de ingresos que me permita llevar una vida más saludable?
¿Y si no trabajo?
La rutina empieza a ser más razonable
El primer efecto de no trabajar es que te sales de esa rueda. Dejas de necesitar el apoyo de mucha gente para mantener el equilibrio laboral y puedes hacerlo tú mismo:
- Puedes hacer todos los trámites de la Administración o ir a comprar cuando menos gente hay.
- Puedes dedicar más tiempo a hacer deporte y a preparar comida saludable.
- Si tu pareja trabaja puedes tenerlo todo preparado para cuando llega a casa y tener una vida familiar más gratificante.
- Puedes llevar los niños al cole, irlos a buscar para comer y recogerlos a la salida sin depender de terceras personas y sin pagar por ello.
- Las actividades extraescolares dejan de tener una función de guardería hasta que llegas del trabajo y pasan a tener objetivos exclusivamente de formación y/o diversión del niño.
No entiendes al resto del mundo
Ese es el segundo efecto. Lo que antes veías normal ahora lo ves completamente fuera de lugar y cuesta asimilarlo. No en vano hace unos meses eras tú el que te comportabas así.
Las prisas
Ves a todo el mundo corriendo. Sé que es una consecuencia directa de intentar encajar todas tus tareas en un horario exigente, pero sorprende mucho cuando lo ves desde fuera. Las prisas traen consigo de manera muy natural situaciones tensas. Y es que el hecho de estar enfocado a hacer algo en el menor tiempo posible hace que dejes en segundo plano cosas como:
- Dejar pasar delante tuyo en el supermercado a una persona que sólo compra un paquete de pan de molde. ¿Cómo voy a dejarle pasar? Perderé un minuto y llegaré tarde. Pero cuando somos nosotros los que llevamos poca compra entonces nos molesta -y mucho- que no nos dejen pasar. Es más, la siguiente vez que seamos nosotros los que estemos delante nos sentiremos autorizados para no dejarle pasar porque la última vez no nos dejaron a nosotros. ¡Qué más da que fuese otra persona!
- Aguantar la puerta para que pase alguien que va cargado en vez de hacer como que no lo has visto.
- Dar las gracias y despedirte al salir de una tienda. Si yo fuera el dependiente me encantaría que me regalases un «hasta luego».
- Saludar en un ascensor. Cuesta tan poco pero, como voy ensimismado pensando en todo lo que tengo que hacer y el poco tiempo que tengo, no me doy ni cuenta… Lo mejor es que si no nos saludan a nosotros nos enfadamos.
Son sólo unos ejemplos, pero ya se ve la idea. Dejas de lado actitudes que facilitan una buena relación entre personas y un ambiente positivo. No son cosas imprescindibles, ni mucho menos, pero hacerlas facilita muchísimo la convivencia y, de rebote, tu estado de ánimo. No es lo mismo intercambiar un «buenos días» acompañado de una sonrisa que compartir el espacio del ascensor sin cruzar palabra.
Relacionado con esto, una cosa que sigue fascinándome es la gente que intenta colarse. En la frutería, en el banco, en la administración… También me ha sorprendido escuchar comentarios despectivos hacia jubilados que van a hacer algún trámite pronto, simplemente porque tienen todo el día y deberían dejar las primeras horas para los que trabajan y van justos de tiempo. Es de traca.
Para mi todas estas situaciones no son más que una consecuencia del ritmo de vida que llevamos. Es algo que tenemos muy interiorizado y completamente incorporado a nuestra rutina. Nos parece normal enfadarnos cuando alguien se cuela o cuando no saluda si somos los afectados, pero cuando es nuestro turno no podemos renunciar a ese minutillo…
¿Sabes lo mejor? Que cuando el horario no es tan estricto todo esto deja de preocuparte porque el objetivo deja de ser acabar lo antes posible.
El individualismo
Es otro rasgo de la rutina tóxica de la que hablaba al principio del artículo. No tenemos tiempo para nada y nuestras relaciones sociales han empezado a ser más virtuales y menos físicas. Lo mejor de todo es que nos convencemos de que está bien. «Es una manera de mantener el contacto». ¡Ja!
Hace tres o cuatro años di de baja mi cuenta personal de Facebook. ¿Mis razones? Que en mi muro veía lo que hacía un montón de gente que hacía años que no veía.
Para mi el problema no es el Facebook, el Whatsapp o la aplicación de moda que utilices. Yo también tengo algunas, por supuesto. El problema es que sustituyan a la vida real, que creas una ilusión de que tienes el soporte de unos amigos o familia con los que no tratas realmente. Mantener la relación con los tuyos es muy importante para todo: para pasarlo bien, para explicar tus problemas y desconectar, para sentirte querido…
Mantener la relación es muy complicado con un horario laboral rígido y un montón de obligaciones familiares. Es la vida, solemos decir. Es complicado compaginarlo todo.
Y cuando vemos una manera de mantener esa relación de manera virtual y con poco esfuerzo, nos aferramos a ella y nos convencemos de que es equivalente al trato personal y físico. Así, en cualquier sitio (la sala de espera del médico, mientras esperas el tren, al desayunar en el bar) es muy fácil ver a la mayoría de gente completamente conectados a su móvil.
¿Sabes una de las primeras cosas que haces cuando tienes tiempo? Quedar con tus amigos y tu familia, simplemente para disfrutar de ellos.
El efecto manada
No sabía cómo denominar a esto y es difícil de explicar. Has salido de la rutina de la mayoría. Tus horarios ya no tienen nada que ver con los del resto y puedes adaptarlos a lo que más te conviene. Por ejemplo, cuando tengo que ir a un sitio en una fecha determinada aprovecho para quedar con amigos o hacer cualquier otra cosa en esa zona. Como el horario no es una restricción puedo permitírmelo.
Esto tiene dos consecuencias inmediatas.
- Aprovechas mejor el tiempo.
- No haces lo que hace la mayoría.
Parece mentira cómo tienes incorporado a tu rutina que todo hay que hacerlo como el resto de gente y al mismo tiempo que el resto de gente:
- Ir a trabajar y volver.
- Ir a comprar.
- Ir a hacer gestiones.
- Llevar los niños al cole e irlos a recoger.
Obviamente algunas de estas no se pueden escoger, pero otras simplemente se producen porque el trabajo marca la pauta. ¿Qué ocurre si el trabajo no estuviese presente? Que la mayoría de estas cosas, con la excepción destacada del cole de los niños, podrías resolverlas a la hora que quisieras.
Por eso, cuando tienes esa flexibilidad, no calculas bien y te encuentras en medio de una de estas aglomeraciones, te das cuenta de que no tiene sentido, de que es consecuencia de cómo está todo montado y de que, si no echamos freno a esta y flexibilizamos mucho los horarios, las rutinas de la mayoría cada vez serán más difíciles de sostener.
Conclusiones
La independencia financiera no debería ser un fin en sí mismo sino un medio para conseguir el tipo de vida que buscamos.
El trabajo en sí no es malo. Es más, si trabajas en algo que te guste eres muy afortunado, porque que te paguen por hacer algo que te gusta es realmente una gran suerte. Pero aún en ese caso es muy probable que condicione tu vida de manera importante.
Por eso es importante desconectar el piloto automático, ser franco con uno mismo y ver, en primer lugar, hasta qué punto la vida que vives es la quieres vivir y, en segundo lugar, si puedes hacer algo para cambiarlo.
No tiene por qué ser alcanzar la independencia financiera. El «todo o nada» puede ser demasiado limitador. Piensa qué puedes hacer para ser más feliz. Eso es lo realmente importante.
¡Que tengas buena caza!
Y si quieres saber más…
Si quieres una explicación general sobre por qué es importante la independencia financiera lee esta página. Si prefieres entrar en profundidad en algunas de las razones, ve a los artículos en los que analizamos las principales razones para buscar la independencia financiera en esta página.
Hola, CZD, has descrito perfectamente cómo me he sentido durante muchos años, con jornadas de trabajo de al menos 12 horas diarias. La verdad es que ni si quiera me planteaba si era lo que quería, simplemente lo haces porque es "lo normal", lo que hace la gente de tu entorno, y sí, para justificarte tienes un buen sueldo para comprarte este coche o este reloj, móvil.., o camisas hechas a medida con tus iniciales bordadas…
Una existencia bastante miserable en la que nunca llegas a sentirte bien, y entras en un círculo consumista horrible, comparándote siempre con el de al lado, para ver quién tiene mejor coche, una boda más ostentosa, vacaciones en un destino más exótico…
Por suerte me pude salir a tiempo y aunque gano menos que antes soy mucho más feliz. Ni que decir tiene que mucha gente no te comprende, te tachan de vago, raro…
Desde aquí recomiendo a todo el que pueda permitírselo que trabaje menos horas y viva más, familia, amigos, deporte, leer… Si alguien tiene que trabajar 10-12 horas diarias que sea por una buena causa, que de verdad lo necesite porque su pareja no encuentra trabajo, arrastran deudas de un negocio que fue mal, ayudar a un familiar en apuros… pero que no sea para tener mejores coches, relojes, iphones… porque sencillamente no merece la pena.
Por último, me atrevo a darte un consejo, cuando termines tu tiempo en excedencia, dale otra vuelta a la posibilidad de reducirte la jornada y trabajar menos horas, ya que es una medida menos radical y más sostenible que la excedencia. Nos comentaste que en su momento lo valoraste y lo descartaste porque no te veías capacitado de "bajar el listón" y seguirías trabajando igual a pesar de la reducción, pero te digo que a todo se acostumbra uno, es verdad que al principio cuesta, y pueden surgir situaciones difíciles (reproches y comentarios de compañeros/jefes, que no cuenten contigo para los mejores proyectos…) pero una vez alcanzas un punto de equilibrio, tu calidad de vida mejora mucho.
Salu2
Hola inversornuevo
Lo peor es el piloto automático, lo haces porque toca sin más y ni siquiera piensas si hay otras opciones. Ves que lo que tienes no te satisface pero sigues porque… ¿qué vas a hacer?
Hasta que llega un momento en que te encuentras mal y buscas otras opciones.
Por eso digo que el no trabajar es lo de menos. No es ese el objetivo. El objetivo es tener margen para decidir qué hacer y que no sea la necesidad del dinero lo que más pese en tu decisión.
Esa es la fuerza de esta filosofía de vida: que poco a poco vas sustituyendo los ingresos del trabajo por otros ingresos. Este año es un 1%, dentro de cinco será el 10% en 10 años el 30%, etc…. y eso significa que cada vez eres un poco más libre. Cuando más independiente seas más decisiones podrás tomar: una excedencia, una reducción de jornada, cambiar a un trabajo peor pagado pero más gratificante, pedir un permiso sin sueldo cada año para disfrutar de las vacaciones con tus hijos, etc…
Ahora mismo estoy en la mitad de la excedencia y todas las bolas están en el bombo. No sé muy bien qué haré, pero tampoco me preocupa demasiado. Dependerá de cómo me vaya encontrando y, si me equivoco en la decisión, siempre puedo rectificar.
Un fuerte abrazo,
Czd.
Hola Luis, muy bueno el articulo por q estas exponiendo las sensaciones q te encuentras cuando consigues la IF. Ya conoces mi situacion q es parecida a la tuya: hacemos vida de IF pero no lo somos todavia.
Para q los demas lo entiendan, llevo año y medio en paro con perspectivas de conseguir la IF en un año o algo mas. El llevar todo este tiempo como si fuera IF ha hecho q me de cuenta q cuando das este paso has de tenerlo muy claro por q no hay marcha atras, te acostumbras a vivir a otro ritmo, otras prioridades. Yo despues de casi 2 años me costaria horrores.
Un abrazo
Hola, Miguel Angel,
Comparto lo que dices, hay un cambio de rutinas y de ritmo muy grande y supongo que será muy difícil volver a la rigidez de los horarios laborales. Es en eso en lo que quería poner el foco: el trabajo hace que toda tu vida esté completamente programada. Sabes exactamente lo que harás e incluso es complicado cambiar el orden de tareas o retrasarte media hora, porque todo se descontrola.
La IF es precisamente eso: libertad. No es que no hagas nada. Tú lo sabes bien, es todo lo contrario, no paras un momento, pero tú decides qué, cómo y cuándo. Y cuando tú decides, normalmente dedicas más tiempo a lo realmente importante en vez de dedicarlo a lo que los demás piensan que es urgente.
Un abrazo,
Czd
10
🙂
>>>>> En algunos sectores, como el de las tecnologías de la información, se cobra lo mismo que hace diez años.
La perdida de poder adquisitivo de las personas que trabajamos en este sector es bestial, un trabajo muy mal pagado, horarios de trabajo interminables, estrés, nivel de exigencia muy alto, etc.
Para el sueldo que cobramos se exigen barbaridades, en otros oficios si dejas algo a medias o lo acabas al día siguiente no pasa nada, aquí te tienes que quedar horas "extra" (el que trabaja en el sector ya sabe por que esta entre comillado) hasta acabarlo y si no lo acabas, al día siguiente tienes problemas, esto no lo he visto en ningún oficio, en el que la gente hace su horario y mañana será otro día.
>>>>>> Hace unas décadas una familia podía vivir bien con el sueldo de uno de sus miembros. Normalmente era el del hombre, porque la mujer muchas veces se quedaba en casa. Sin duda su incorporación al mundo del trabajo es un gran logro, pero en mi opinión ha dejado de ser una opción.
La mujer se incorporó al mundo laboral por que la clase "media" ya no podía mantener su nivel y con un sueldo no daba.
Que no te cuenten mentiras ni lo adornen de otra manera, hay documentales que hablan de ello, con gráficas ves que el sueldo de la clase trabajadora en USA se estancó y los precios de las cosas siguieron subiendo, este periodo coincide con la incorporación de la mujer en el trabajo.
>>>>>> Los niños entran al cole a las nueve, pero a esa hora los padres ya están camino al trabajo. Afortunadamente los colegios suelen ofrecer la hora de acogida, un servicio de pago para aceptar a los niños antes de las nueve. Los niños salen del cole a las cinco, pero a esa hora los padres aún están trabajando. Pagar actividades extraescolares, un canguro o que los abuelos vayan a recogerlos son las soluciones típicas.
Esto no tardará en cambiar.
Antes uno de los miembros de la pareja, normalmente la mujer iba a llevarles y a traerles, ahora lo hacen los abuelos, en cuanto suban la edad de jubilación o las pensiones sean muy bajas y estos estén en un trabajo, ¿Quien irá a esos horarios al colegio?
Ya paso en las tiendas, que antes tenían esos horarios y ahora ya abren la mayoría hasta tarde, por que la gente no podía hacer las compras.
No es normal que los profesores tengan esos horarios, mientras el resto de la sociedad tenemos otros, no es sostenible.
>>>>>>> Un trámite en La Administración. Puede ser el ayuntamiento, la Agencia Tributaria, la Seguridad Social… Ya sabes, los que abren de 8.00h a 15:00h.
La mayoría de tramites ya se pueden hacer por internet, de hecho hay muchos que solo se pueden realizar ya por internet.
Incluso ahora se puede fichar el paro desde el móvil.
>>>>>> Viene el técnico de la caldera a casa. Te dejan escoger horario de mañana o de tarde, pero en tramos de 4 horas.
Así he estado yo meses para poder cuadrar la visita, cuando yo podía, ellos no, me pareció surrealista, me decía una fecha, yo otra, a veces me llamaban diciendo que estaban por la zona y yo les decía que estaba trabajando.
En España tenemos la famosa "jornada partida", que nadie se atreve a eliminar, no es normal que alguien entre a las 8:30 de la mañana a trabajar y salga a las 20:00 de la noche de trabajar, eso no es vida. Mientras en el resto de Europa esta el nine-to-five.
Hola, CarlosC,
Coincido en la mayoría de cosas que has comentado.
Lo que dices de la incorporación de la mujer al mundo del trabajo no lo sabía. De todas maneras, igual eso es en Estados Unidos y cuando todas las mujeres trabajaban (Lo que pasa aquí desde hace unos años). Pero aún recuerdo cuando mi madre trabajaba y no era lo habitual. Todas mis tías estaban en casa, mi padre ganaba lo suficiente para que no fuese una obligación y sin embargo ella decidió trabajar. Yo lo veo una conquista. Pero lo que en aquel entonces era algo que dependía mucho de las inquietudes de la mujer, ahora es una obligación. Lo que antes era poco habitual ahora es casi obligatorio.
Y sobre los trámites, pues sí, tienes razón, hay cosas que se pueden hacer por internet (incluso algunas sólo se pueden hacer por internet) pero hay muchos trámites que no se puede. Por ejemplo, el notario o el registrador de propiedad hay que ir en persona con las escrituras originales. O las consultas que quieras hacer en Seguridad Social, Agencia Tributaria, etc… al final tienes que ir en persona porque por teléfono o no lo cogen o no saben contestarte.
Respecto a los horarios, pues completamente de acuerdo. La jornada partida es mucho más susceptible de que se alargue si hay urgencias que un horario compacto. Como anécdota, cuando comenté que iba a pedir una excedencia me ofrecieron dos alternativas inmediatamente: reducción de jornada y trabajo en remoto. Es decir, en el fondo "saben" que se puede cambiar a un horario más razonable y que no habría problema. Como bien dices es una práctica que tiene que irse abandonando poco a poco. Es como trabajar los viernes por la tarde. En mi empresa el horario oficial es de 8:00h a 18:00h, pero en mi departamento no se hace y si las personas compensan durante la semana se trabaja hasta las 15:00h.
Un abrazo,
Czd
La verdad es que el panorama es desolador. Yo puedo considerarme afortunado de haber visto el camino correcto prácticamente desde el principio de mi vida laboral y además haber podido seguir ese camino. Yo como a las 15:30 y tengo las tardes libres. Mi mujer tenía un horario partido muy ámplio y en cuanto fue madre por primera vez cogió jornada reducida. Hace unos cuantos años de eso y así sigue. Los dos acabamos jornada a la misma hora. Al mismo tiempo tenemos la suerte de poder disponer de los abuelos por las mañanas de forma cómoda para nosotros y también para ellos.
Pudimos haber hecho las cosas de forma diferente. Pudimos haber tomado decisiones diferentes. Podíamos tener mejores coches o mejor ropa o disfrutado mejores viajes viviendo de otra manera. Pero tras años viviendo así ninguno de los dos nos planteamos trabajar a jornada partida o buscar un segundo trabajo para aumentar ingresos. De hecho la búsqueda de la IF con dividendos va encaminada a garantizar que podremos mantener en el tiempo, o incluso mejorar, la disponibilidad de tiempo libre por parte de los dos. No nos interesa lo más mínimo aumentar el nivel de vida/gasto sino lo que queremos es libertad y tiempo libre.
Es que la independencia financiera es eso precisamente: que el dinero no marque tu vida, poder decidir, etc… Yo creo que el objetivo utópico de muchos de no trabajar es precisamente porque su trabajo es una obligación sin ningún aliciente. Si pudieran reducirlo y equilibrarlo con respecto al resto de vida, posiblemente no sería tan importante dejar de trabajar.
Un abrazo,
Czd
Fantástico artículo Luis, se puede decir más alto pero no más claro…me he sentido identificado en cada párrafo que escribías y no hace sentirme tan "bicho raro".
Al igual que Miguel Angel llevo casi año y medio en el paro (aunque no tengo tan cerca la IF) y puedo percibir esas cosas que antes no era capaz de ver, ese ritmo de vida que lleva la sociedad y que no te das cuenta al punto que hemos llegado, hasta que lo ves desde fuera del "piloto automático".
Sigo buscando trabajo para volver a la "rueda" y cuando lo haga (es inevitable) intentaré recordar esta etapa para no dejarme llevar por las masas…será difícil pero lo intentaré. Todos debíamos intentarlo y poder sentirnos libres, aunque sea por unas horas al día, de la vorágine de las prisas, el estrés, el incesante tic tac que nos apura y apura, hasta llegar extenuados al final del día ¿para qué? para poder subsistir de un pobre sueldo del que no podemos disfrutar porque no tenemos tiempo…y ese tiempo no se puede pagar, porque no tiene precio y no volverá jamás.
Gracias por tu artículo y tus maravillosas reflexiones sobre lo que de verdad importa.
Un fuerte abrazo
Hola, aforrador.
En la rueda tienes que estar en mayor o menor medida. Si no tienes patrimonio o ingresos suficientes para no trabajar habrá que trabajar. El tema es intentar no perder nunca el punto medio. Trabajar y desarrollarse laboralmente sí, renunciar a cosas realmente importantes para ti no. Y cuando notas que estás perdiendo esas cosas importantes, lo importante es quejarse (o no sólo quejarse) e intentar buscar maneras de recuperarlas.
Un abrazo,
Czd
Enhorabuena por el articulo.
En nuestro caso, la verdad que a veces nos dan ganas de mandarlo todo al garete. Los dos somos autónomos sanitarios con un negocio. Y echamos mas horas que un reloj. Llegar a casa antes de las 21:00 es bastante raro. La "suerte" es que antes de tener el negocio trabajábamos todas las tardes. Ahora "libramos" un par de tardes, pero nunca juntos. Nuestros hijos solo nos ven juntos prácticamente el finde semana. Son situaciones de esas como describes, que te vas acostumbrando, pero que cuando lo ves de fuera es casi una aberración. El lado bueno es que el negocio va bien, y nos encanta nuestro trabajo. Pero ahora mismo casi que vivimos para trabajar.
A lo mejor, esto que digo, puede molestar a alguien, pero no es mi intención. Es solo fruto de la observación y análisis que he hecho durante los últimos años, y tengo ya 39 primaveras, y he conocido mucha gente y he visto muchas nominas: En España, si quieres vivir bien, tal como describís con eso de la conciliación laboral, etc, etc, lo mejor es ser funcionario, y si es de educación, mejor. O tener una herencia o un buen capital de inicio. De hecho se lo recuerdo todos los dias a mis hijos, e incluso hemos tenido un par de momentos de debilidad de haberlo dejado todo para explorar esa vía. Y no lo digo con envidia ni nada de eso, por si hay algún funcionario por aquí. Pero es que es la mejor manera de tener un sueldo digno y vivir con calidad de vida. CALIDAD DE VIDA. Eso vale muuuuucho.
Saludos!!!
Hola, Lobo,
Sí, siempre que el funcionario se lo pase medianamente bien en su trabajo. Tendemos a idealizar la vida del funcionario, pero funcionarios hay de muchos tipos y seguro que muchos están agobiadísimos.
No es lo mismo estar en un cole dando clases que recogiendo liquidaciones de plusvalías en La Diputación.
Los dos tendrán mucho tiempo libre, seguro, pero en el primer caso haces una labor gratificante (enseñar) con personas llenas de energía (niños) que te sorprenden cada día. En el segundo tratas con personas que vienen a pagar impuestos y que además llegan con un puntito de mala leche por el hecho de tener que pagarlos y por la cola que han tenido que soportar.
Seguro que los profes tienen muchos problemas también, pero parece mucho más gratificante que otros trabajo más administrativos. Igual mi visión es un poco parcial, porque enseñar me encanta.
Un abrazo,
Czd
Claro CZD. Te doy la razón. He hecho una simplificación extrema, pero para hacerme entender. Podríamos aplicarlo a la inversa. No es lo mismo un autónomo (yo) que hace lo que quiere, lo que le gusta, y con un buen sueldo, que otro que haga algo que no le llene a cambio de poco dinero, y no tenga otra opción. Que ademas echará mas horas. Pero ese seria otro debate. El de si te gusta tu trabajo o no. Aquí hablamos de otra cosa entiendo yo. Si quieres conciliar la vida laboral con los hijos, y tener un sueldo digno y asegurado de por vida que te permite ademas vivir holgadamente, para eso, en España (o en Andalucia, en mi caso), a mi juicio lo mejor es funcionario. Y como bien dices, profesor mejor. SI no te gusta el trabajo de funcionario ademas, siempre puedes pedir excelencia , como hacen nuestros queridos políticos.
Saludos a todos
En ese aspecto por supuesto. Los funcionarios o los empleados de empresas que ya no son públicas pero que siguen con estructura de empresa pública son los que tienen más facilidades para conciliar vida familiar y laboral. Los horarios son buenos, hay muchos beneficios adicionales y no está mal visto tomar según qué decisiones .
Un abrazo,
Czd
Ante las reacciones de incredulidad, incomprensión e incluso esa mirada piadosa que te echan cuando intentas explicarles los motivos por los cuales inviertes, este artículo me vendrá de perlas para ver si se les mete en la sesera ni que sea 10 minutos el pensamiento de muchos de los que pululamos por aquí.
Eso sí,, como el tiempo lo cura todo, al cabo de un par de horas (siendo generoso) volveremos al punto inicial.
Excelente artículo Cazadividendos.
Hola, Jordi,
Me da que este artículo no sirve de nada para nadie que no esté ya parcialmente evangelizado jejeje
Si estás sensibilizado con el tema y si ya estás tomando cartas en el asunto, lo que se expone en el artículo son matices que pueden ayudar a reforzar tu posición.
Los que todavía estén en la rueda te dirán lo que me dicen a mi: "por supuesto que se está mejor sin trabajar", pero no verán que esa situación es mucho peor de lo que ellos piensan, que afecta directamente a su felicidad y que está en su mano cambiar, por lo menos un poco, esa dinámica.
Y como no lo verán se continuarán quejando de que su jefe no les sube el sueldo, de que el trabajo está muy lejos, de que la guardería es cara y de que las pensiones son cada vez más pequeñas.
Y cuando les preguntes que qué piensan hacer te mirarán con incomprensión: no es cosa mía, lo tiene que solucionar el político de turno, mi jefe. la empresa, la guardería, etc… Yo sólo soy una víctima del sistema. Es tan injusto….
Un abrazo,
Czd
Nuestra estrategia tiene 2 maneras de explicarse para el que quiera entenderte: una es la de los fríos números. La segunda la que brillantemente has expuesto en este artículo.
Yo en cuanto lo he leído he pensado; "esto se lo tengo que hacer leer a mi madre". Ella ante los números se pierde pero en cambio desde la perspectiva que lo has expuesto seguro que lo entiende mejor y más cuando toca fibra emocional.
Pues ya me dirás si has conseguido que se lo lea y si después de leerlo ha cambiado su perspectiva 🙂
Tenía ganas de leer este artículo y esta noche he podido. La razón está clara y se trata aquí: cuando hay poco tiempo y muchas cosas hay que decidir en qué lo gastas.
No ha decepcionado. Una gran entrada, como aquella reflexión que hiciste hace tiempo con el fallecimiento de un conocido.
Más razón que un Santo y me he visto reflejado en muchas situaciones. Y eso que en casa tenemos suerte porque tengo unas tres tardes a la semana libres y mi mujer todas. Bueno, eso de "libres" quiere decir hacerse cargo de los niños, pero afortunadamente no dependemos de grandes ayudas para el equilibrio familiar.
La famosa rueda… pues resulta muy difícil salir, pero al menos sé que estoy dentro de ella.
El gimnasio ni me planteo y la barriguita empieza a aparecer.
Lo bueno: desde que supe de gente con IF y las comunidades (como esta) que se crean para compartir y ayudar en el camino la cartera va aumentando progresivamente y también los dividendos.
EL futuro no es tan negro, no seré IF pero tendré buen retiro. Mis hijos ya tienen cartera en formación, ellos podrán aprovechar el interés compuesto en su totalidad.
Me alegro muchísimo estés aprovechando la excedencia. Sin duda has trabajado duro y lo mereces.
Un abrazo.
Gracias, Luis.
Ser consciente ya es un gran paso, porque aunque parezca mentira, la mayoría de gente no lo es. Nos quejamos por inercia, pero la simple queja ya revela un cierto punto de resignación. Pocos buscan soluciones pero los que las buscan acabarán mejorando. Seguro.
Igual en vez de tres tardes serán cuatro. Igual serán unos cientos de euros adicionales cada mes al jubilarnos. Igual será que nuestros hijos lo tendrán mucho más fácil….
Cada uno tendrá sus circunstancias pero todos podrán mejorarlas empezando a tomar las medidas adecuadas. La cartera de tus hijos, por ejemplo. Mi hijo ya tiene cinco empresas con el dinero que le han ido dando los abuelos y alguna ayudita nuestra. Cuando tenga uso de razón ya tendrá una cartera con la que podrá ilusionarse y empezar a pensar en un futuro mucho mejor al de la mayoría.
Un abrazo,
Czd
Y sigo y sigo,
No se si estaréis de acuerdo. Quizás, bueno, quizás no. Es que la experiencia me dice que es perfectamente posible.. Quien dice que mañana o pasado mañana no te da un ictus, («a veces no es nada)· no seas demente, tengas un accidente, quedes en coma, o seas inhabilitado judicialmente-
Pues eso; yo presentare mi mierda de testamento vital que es muy parecido al testamento, porque la que de mi depende es capaz de fundírselo en un día, y si no sus allegados, ( ¡os suena!)
Total, que cuando lo ponga espero respuestas de como lo haríais, por absurdas que parezcan.
Saludos y gracias por la ayuda.
Un mercado bajista más, y conseguís la IF. Seguro.