Los planes de pensiones en una estrategia que busca la independencia financiera¡Hola, cazadividendos!  El título promete, ¿verdad?. Cuando en la comunidad inversora se habla de planes de pensiones son pocos los que encuentran interesante invertir utilizando este producto y muchos los que los critican de manera casi visceral. Argumentos a favor: la rebaja fiscal y el ahorro de cara a la pensión. Argumentos en contra: no hay posibilidad de rescate hasta la jubilación, la rentabilidad es muy discreta, la rebaja fiscal no es rebaja sino diferimiento y, para rematar, es un producto claramente incentivado desde el gobierno para favorecer a sus amigos los bancos. Yo los uso. Por casualidad, pero los uso y, además estoy muy satisfecho.

Este será el primer artículo de una serie que creo que puede dar mucho de sí. En él os explicaré cómo he llegado a mi situación actual y cuáles son las características principales de los planes de pensiones. Sé que será muy complicado que en la sección de comentarios no adelantemos el contenido de los siguientes artículos, pero creo que las conclusiones quedarán mucho más claras si estructuramos la información en varios artículos.

¿Por qué empecé a usarlos?

En 2003 acabé de pagar la hipoteca del piso en el que vivimos. Tuvimos -tuve- mucha suerte, no voy a negarlo. Por un lado, mis padres me ayudaron con una entrada considerable. Podría haber sido una entrada mayor porque disponían del dinero, pero mi padre -alguna vez publicaré un artículo explicando por qué era tan grande- decidió que la ayuda sería la justa para permitirme pagar el piso con mi sueldo pero con una dosis de esfuerzo y años importante. Te lo tienes que ganar. Como cambian los tiempos…

Pero tuve mucha suerte. Muchas familias no están en condiciones de ayudar a sus hijos con algo tan importante como su vivienda. Yo les respondí, por supuesto. Ser hijo único y haber visto toda la vida el ejemplo de trabajo, vocación de mejora y ahorro de mis padres se tradujo en que amorticé cada año el máximo importe que Hacienda permitía desgravar por primera vivienda en la declaración de renta. Por cierto, también tuve suerte en ese aspecto. La gente que se compra un piso hoy en día no puede desgravarse la hipoteca…

Hacer aportaciones a planes de pensiones de cara a la jubilaciónPero una vez pagado el piso me quedé sin la principal desgravación de la hipoteca y mi padre me convenció para que contratase un plan de pensiones. No sé si será rentable o no, pero no te irá mal empezar a ahorrar para la jubilación. ¿Os había dicho que mi padre era muy grande? No sabía de bolsa, por supuesto, pero tenía una curiosidad innata, curiosidad más que suficiente para hacer las cosas bien. No soy el que más sé de la mayoría de cosas, decía frecuentemente, pero pregunto y aprendo, y luego se lo explico al que lo quiere escuchar. Me gusta pensar que soy como él en eso.


Así que empecé a invertir en planes de pensiones lo que me sobraba cada final de año. No es que cobrase mucho, pero un chavalillo de treinta años, soltero, sin gustos caros y con el ahorro marcado a fuego en casa, conseguía muchos años aportar el máximo de desgravación e incluso podía ahorrar algo. Trece años después, miro mi posición en planes de pensiones y la verdad es que el importe es considerable. Tan considerable que podría permitirnos, con nuestro nivel de gastos, vivir varios años sin ingresos adicionales.

La rentabilidad no es para tirar cohetes, pero no es peor que si la hubiese tenido en depósitos o fondos de inversión. La clave, para mi, es que los planes de pensiones no se contratan y te olvidas, sino que hay que irlos movilizando en función de la situación de mercado. Lo veremos más adelante.

Características de los planes de pensiones

Pero antes de entrar en materia y ver cómo utilizar el producto, hagamos un repaso a las características más relevantes. Igual hay alguna inexactitud, pero creo que en términos generales todo lo que explicaré a continuación es correcto:

  • Las aportaciones a planes de pensiones reducen la base imponible. Simplificando mucho, significa que si cobras 20.000 € y haces una o varias aportaciones a planes de pensiones por un importe total de 2.000 € es como si hubieras cobrado 18.000 € y, en la declaración de renta tienen que devolverte lo que te han retenido de más de IRPF. Invertir 1.000 € en un plan de pensiones puede significar, en función de tu nivel de salario, que te devuelvan en la declaración de renta del año siguiente 280 €. Invertir 10.000 € se traduciría en que te devolviesen 2.800 €. Como se invierta ese dinero es cosa de cada uno, pero la época de la declaración es bastante más gratificante si has hecho una aportación el año anterior.
  • Funcionan como los fondos de inversión. Hay planes de pensiones de renta fija, variable, mixtos, garantizados, etc… así que puedes escoger los que mejor se adapten a tu perfil inversor, a tu edad, a tu aversión al riesgo, etc… Puedes caer en el plan de pensiones de tu banco de cabecera (mea culpa, los míos son de Caixabank) o de gestoras independientes, como Bestinver. La oferta no es tan amplia como la de fondos de inversión, pero dedicando un poco de tiempo se puede hacer una gestión adecuada y obtener una rentabilidad razonable. Las comisiones son parecidas a las de los fondos de gestión activa, en torno al 1.5%.
  • El traspaso entre planes de pensiones no hace aflorar plusvalías, exactamente igual que el traspaso de fondos de inversión. Si la renta fija ya no tiene recorrido, puedes traspasar tus planes a renta variable. Si estamos en la parte alta de un ciclo y se esperan caídas, puedes traspasar tus planes a planes más conservadores. Y esos traspasos no pasan por caja. Esto nos sirve también para proteger el capital a medida que nos acercamos a la fase de rescate del plan.
  • Cuando rescatas los planes de pensiones se contabilizan como rentas del trabajo, mucho más penalizadas a nivel fiscal que las rentas del ahorro. Por eso se habla de diferimiento de tributación: las aportaciones a planes rebajan la base del trabajo pero luego la incrementan al rescatar esas aportaciones. Este punto, que en principio es negativo, se puede convertir en algo muy positivo, como veremos más adelante. Las rentas del trabajo son básicamente el salario, las rentas de alquileres y los rescates de planes de pensiones. Esto es importantísimo de cara a un escenario de independencia financiera, en el que no tendríamos rentas del trabajo provinientes de un salario, con lo cual tributaríamos sólo por los planes de pensiones rescatados y podríamos ajustar el importe para tributar lo que nos interesase. Recordemos que hay mínimos exentos 🙂
  • Las contingencias de rescate de un plan de pensiones son la jubilación, la enfermedad grave y el paro de larga duración. Creo que esto lo sabíamos todos pero, en la última reforma fiscal, se añadió un nuevo supuesto: las aportaciones de más de diez años de antigüedad se podrán rescatar a partir de 2025. Es decir, cualquier aportación anterior a 2015 se podrá rescatar en 2025, cualquier aportación hecha en 2016 se podrá rescatar en 2026, etc. Otro punto importante es que no es obligatorio cobrar los planes de pensiones al jubilarte. Mi madre, por ejemplo, está jubilada y tiene planes de pensiones que no rescata porque con su pensión tiene más que suficiente.
  • Los planes de pensiones se pueden rescatar en forma de renta hasta que se acabe el capital del plan, en forma de renta vitalicia (te calculan una renta mensual en función de tu esperanza de vida y te la pagan hasta que falleces), rescatando todo el capital en un único pago o en una combinación de capital más renta mensual. Ojo con las rentas vitalicias. Se calculan en función de la esperanza de vida y del capital consolidado en el plan. Si luego falleces antes de lo esperado, el importe no cobrado se pierde. Si falleces después, cobrarás más de lo acumulado. En el resto de tipos de rescate el capital no cobrado pasa a los herederos.
  • Enlazando con la anterior, los planes de pensiones no tributan en el impuesto de sucesiones. Simplemente se cambia el titular del plan y, cuando el nuevo titular lo rescate, tributarán como rentas del trabajo. Supongo que esto está hecho así, porque las rentas del trabajo están mucho más penalizadas fiscalmente que las sucesiones.

Planes de pensiones e independencia financiera

Este conjunto de características no los convierten automáticamente en productos buenos o malos, pero conocerlas nos permitirá aprovecharlas, sobre todo en situaciones en las que nuestro nivel de ingresos del trabajo se reduzca o incluso nos quedemos sin ingresos del trabajo. Y la independencia financiera es una de esas situaciones.

Ventajas de los planes de pensiones

Tributan como rentas del trabajo

Los lectores avispados reacios a los planes de pensiones los mirarán diferenteLeyendo las características de los planes, los lectores más avispados ya habrán vislumbrado formas evidentes de utilizarlos si la independencia financiera es una de las paradas de nuestro viaje y tenemos planificada esa parada antes de la jubilación oficial. Jugar con la tributación de las rentas del trabajo en ausencia de salario y con los mínimos personales y familiares exentos puede darnos muy buenos resultados a nivel de ahorro fiscal. Como ya hemos comentado otras veces, hay que tener en cuenta que las rentas del trabajo son de cada cónyuge, con lo que una adecuada repartición de las aportaciones a cada cónyuge también ayudará.

Favorecen el aumento del capital


La desgravación de los planes es realmente interesante, al reducir directamente la base imponible del trabajo. Eso significa que el ahorro fiscal, que puede llegar hasta el 50% (o el tipo impositivo máximo vigente), se puede reinvertir al año siguiente. Imagínate invertir 8.000 € y recuperar 4.000 € para inversión. Imagínate hacer eso durante 20 años y luego poderlo rescatar con una fiscalidad atractiva aprovechándote del punto anterior.

Son un instrumento de inversión

Está claro que ese plan puede o no ser adecuado para el período en que se contrata, pero lo más probable es que no será adecuado para los próximos treinta años. Y lo bueno de los planes de pensiones es que se puede cambiar de plan fácilmente, traspasando tus aportaciones a un nuevo plan, sin que eso tenga ningún tipo de coste fiscal para ti.

Eso respecto a los planes de pensiones «comerciales». Si miramos a otro tipo de planes, hacer un traspaso puede ser un error porque pierdes la ventaja de ese plan.

  • Si miramos los planes de pensiones de autor, de gestoras que nada tienen que ver con los bancos y que acreditan buenas rentabilidades históricas, nuestro seguimiento consistirá en ir mirando lo que nos explican los gestores para seguir confiando en ellos o no. Las grandes gestoras independientes de fondos de inversión están empezando a ofertar planes de pensiones con la misma política de inversión de sus fondos estrella y esto es una grandísima noticia. En este caso hay que valorar si lo hacen bien o mal ciñéndonos al plazo temporal de inversión que nos indican. Es decir, no tiene sentido que el gestor diga que el horizonte de inversión mínimo son entre tres y cinco años y nosotros traspasemos a otro plan porque los resultados del primer año no son buenos.
  • Si optamos por los planes de pensiones indexados en los que, si nuestro horizonte de inversión es el largo plazo, la rentabilidad será la del índice que replican menos las comisiones, que deberían ser muy bajas. ING, por ejemplo, comercializa planes indexados al Ibex, al Euro Stoxx 50 y al S&P 500. En este caso sí que no tendremos que gestionar porque lo que buscamos es la rentabilidad del índice.

En estos casos, lo mejor es mantener la inversión, o porque confías en el gestor o porque confías en el comportamiento de los índices a largo plazo, pero, en cualquier caso, siempre podrás hacer un traspaso sin pagar comisiones a tu depositario (como mucho alguna penalización por traspasarlo en algún periodo si los has contratado con alguna promoción) y sin tener que pagar nada a la Agencia Tributaria por las plusvalías.

Por lo tanto, tengamos claro que el plan de pensiones es un producto de inversión y, como tal, hay que hacer un mínimo seguimiento y gestión. Y esto es una ventaja, porque puedes escoger productos con una política de inversión adecuada, un gestor contrastado y una buena trayectoria en los últimos años, y hacer un traspaso si no estás satisfecho con los resultados sin que te cueste dinero.

Inconvenientes de los planes de pensiones


Finalmente, me gustaría resaltar dos grandes inconvenientes potenciales de los planes de pensiones, que hay que tener presentes si incluímos este producto en nuestra estrategia de búsqueda de la independencia financiera.

Dependencia directa de las leyes

El primero es que el tratamiento fiscal depende mucho del signo del gobierno de turno. Favorecer el ahorro de cara a la jubilación puede parecer un objetivo de cualquier gobierno independientemente de su ideología, pero en los últimos años ha habido cambios muy importantes: desde eliminar la exención de la tributación del 40% del importe rescatado en forma de capital hasta la reducción de las aportaciones máximas anuales hasta los 8.000 €. ¿Significa eso que eliminarán las ventajas de los planes de pensiones? No, seguro que no, porque interesa que la masa contrate planes de ahorro privados de cara a la jubilación, pero es posible que haya modificaciones.

Cigarras y hormigas

El segundo inconveniente potencial de los planes de pensiones, y muy relacionado con el anterior, es un inconveniente compartido con cualquier producto de ahorro. Lo he leído en numerosos foros y no sé valorar si es una posibilidad real o no. Imaginemos que la hucha de las pensiones peta y que la pensión actual acaba convirtiéndose en una especie de paga de subsistencia. Para un gobierno oportunista es muy goloso decir que los ricos, los que tienen planes de pensiones, una cartera de acciones importante o un determinado importe en depósitos no tengan derecho a esta paga.

Esto no deja de ser premiar a las cigarras y castigar a las hormigas, pero ya hay ciertos aspectos que lo hacen, como no dar el complemento a mínimos de las pensiones (lo que falta a las pensiones pequeñas para llegar a la pensión mínima) si el beneficiario tiene 7.000 € de ingresos adicionales. Como digo, no soy capaz de valorar si esto es posible o no, pero vale la pena tenerlo presente.

Conclusiones

Los planes de pensiones son otro producto de inversión más, con unas características muy definidas que lo hacen bueno para unas cosas y malo para otras. ¿Son buenos comparados con las acciones? Pues depende de para qué. Si lo miramos en términos de rentabilidad probablemente no (aunque cada vez la oferta es mayor y ya hay planes buenos a nuestro alcance), pero si lo miramos en términos de optimización fiscal al acumular patrimonio, en el rescate o de traspaso de patrimonio en sucesiones, posiblemente sí. Todo depende de lo bien que lo hagamos, claro.


Por mi parte, estaría completamente satisfecho si este artículo sirve para hacer un click en la cabecita de alguno de los lectores. Los planes de pensiones no son malos. No cometamos el error de descartarlos directamente.

Los planes de pensiones no son buenos o malos. Depende de cómo los uses.Tampoco voy a decir que son buenos para todo el mundo. No lo son. Para la persona que va a trabajar hasta la jubilación legal y que sólo lo utilizará como un producto de ahorro es mucho mejor invertir en una cartera de acciones de dividendos o, si no se quiere dedicar tiempo a gestionar la cartera, en fondos de inversión indexados, o en ambos, como yo. La rentabilidad será mucho mayor y no tendrá las limitaciones de liquidez de los planes. En este caso, las ventajas fiscales no son tales, a menos que la pensión en el momento de rescatar el plan sea mucho menor que el salario de cuando se realizó la aportación, ya que, en ese caso, la desgravación en el momento de la aportación fue mayor que la tributación en el momento del rescate.

¡Que tengas buena caza!

Y si quieres saber más…

Si quieres saber más sobre invertir en planes de pensiones lee esta página. Y si prefieres entrar en profundidad en algún aspecto concreto aquí tienes los artículos dedicados a ellos.



Índice | Todos los artículos