Sé lo que piensas: quieres ser rico¡Hola, cazadividendos! Sé lo que estás pensando, lo sé seguro, pero…. no te vas a atrever a decirlo en voz alta. Va, no seas tímido, no te lo guardes dentro: tú quieres ser rico, no me cuentas milongas. Si pudieses elegir cuánto dinero tener y pudieses apuntarlo en un cheque en blanco, no habría línea punteada lo suficientemente grande como para no llenarla de ceros. 

Vaya manera de empezar… ¡Tranquilos, que no me he vuelto loco! Seguro que estas primeras líneas os han sonado demasiado revolucionadas para mi estilo habitual. Y tenéis razón. Este es un artículo de invitado de Elniñoarriba, en el que que reflexiona sobre por qué tenemos tantos prejuicios y hay tanta hipocresía con el dinero y los ricos. ¡Vamos allá!

La hipocresía con el dinero

Todo el mundo sabe, dentro de sí, que le gustaría ser rico. Es más, si a ti te dieran la opción de volver a nacer y te dijeran: “¿Prefieres nacer rico o ser más alto, o más flaco, o más guapo?” Yo elegiría ser rico sin dudarlo. Si me dicen ahora, que prefieres dejar de ser calvo o ser rico, contestaría «¡Que le den por saco al pelo! Voy a ser rico«.

¿Cómo puedes no querer ser rico?Las personas que lo niegan no son siquiera dignas de mi confianza, no entiendo cómo alguien puede no querer ser rico. Estoy seguro al 100% que si viniera el mismísimo Diablo y te dijera: “Mire usted: va a vivir hasta los 120 años, firme aquí… Pero… espere un segundo, puede usted elegir vivir hasta los 80 siendo muy rico”. ¿Dónde firmaría? ¿Cuánto valen 40 años de vida?

Pocos serían sinceros… Creo que es una historia cultural o algún tabú extraño. En este país, no está bien visto ser rico. No digo que muchos ricos no se merezcan que les miren mal, puede ser. Lo que digo, es que no está bien visto ser rico.

Los prejuicios con el dinero


En marzo, esperando el avión en la terminal para viajar a Toulouse, conocí a un señor francés. Ese tipo debía ser rico, pero rico de los de verdad. Vivía en un palacio, literalmente. Nos propuso a mi pareja y a mí que, en el caso de necesitar cualquier cosa durante nuestra estancia en la ciudad, lo llamásemos. Nos asesoró sobre los monumentos que merecía la pena ver, a dónde ir…y nos contó su historia.

El caballero vivía en Chile 190 días al año, todo por no pagar impuestos en Francia. Fijaos si era rico. Me quedé sorprendido, impresionado. Considero que era de las mejores personas que he conocido a primera vista. De las mejores personas: amable, cariñoso, educado… ¡Y no quería nada!

¿Son los millonarios malos por definición o es un prejuicio cultural?¿Cómo podía ser que ese tipo fuera tan rico y a la vez tan buena gente? Comencé a darle vueltas. Tiempo después se lo conté a un amigo. Le pregunté: «Oye, tú cuando piensas en un millonario, ¿no piensas que va a ser un payaso?«. Me dijo que sí, que también lo pensaba, que los que tenían mucho dinero tenían que ser gilipollas seguro. Los dos nos quedamos callados sin saber qué decir ante tal deducción. Había comprobado tiempo antes que no era así. ¿Es posible que desde pequeños nos metan en la cabeza que la culpa de nuestros problemas es a consecuencia de los ricos y por eso pensemos así?

La pasividad frente al dinero

Últimamente, cómo me van bien las cosas, pienso mucho. Sí, me van bien las cosas. ¿Suena raro? Me da vergüenza decirlo. ¿Os pasa esto a vosotros? Se trata de una sensación muuuuy desagradable. Siento que estoy haciendo daño a los demás cuando digo que me va bien, es más, tengo la sensación de que si les dijera que me va de pena, estaría haciéndoles un favor.

A mi me gusta explicar mis éxitos: el éxito es fruto de la suerte y el fracaso de erroresVas a observar como todo el mundo cuenta sus miserias y son pocos los que pregonan sus triunfos, creo que la actitud del ciudadano ejemplar es algo parecido a: cuenta tus miserias y cállate tus triunfos. ¿Pensarán que les van a robar su éxito y se van a quedar con sus fracasos? A mi me gusta hacer lo contrario, pensar sobre mis fracasos y contar mis aciertos.


Quizás exista en las personas algo que nos hace sentirnos especiales (más listos, más guapos, más altos, más fuertes…). Es por ello que los fracasos se los adjudicamos a la mala suerte y los éxitos a nuestro trabajo duro. Procuro hacer lo contrario: los éxitos los atribuyo a la suerte y los fracasos a mis errores. Esta mentalidad es una herramienta poderosa para crecer.

Si cuando invertimos el dinero en un activo sale mal, y nos hacemos responsables, podremos aprender. Sin embargo, si una inversión sale bien, no pierdo el tiempo pensando porqué va bien. Eso lo pensé cuando la hice. ¡Cosas de la suerte!

El camino que nos preparan no llega al destino

Creo que sabes que te encuentras en el buen camino cuando, tras haberte metido en la senda de la niebla, empiezas a ver la luz. En ese camino donde todo es más difícil, donde todo está empedrado, donde nadie se mete, donde nadie se mete porque justo al lado del camino, antes de coger el terreno difícil, hay una señal, una señal que pone “Coja mejor este camino, coja este atajo y viva como el resto, ni mejor ni peor”. Ese camino es cuesta abajo, cómodo, confortable y para toda la vida… Ese es el camino hacia la mediocridad.

Cuando las cosas mejoran lo hacen de manera exponencialTengo que compartir un par de cosas; primera, a medida que me han ido yendo bien las cosas, he notado cómo mejoran a su vez de manera exponencial. Sin embargo, lo más curioso no es eso, lo que más sorprendido me tiene, es que habré comentado a más de treinta personas que me va DE LUJO y ni una sola me ha preguntado cómo lo he hecho. Nadie te explicará cómo triunfar en el camino difícil

Entiendo ahora el porqué de un suceso que me tenía intrigado desde que era pequeño y se repetía a lo largo de mi vida. Cuando preguntaba a la gente cómo hacía ciertas cosas, para hacerlas yo también, o para aprender a utilizar sus técnicas aplicadas a otras cuestiones de mí interés, casi nunca nadie me dijo el cómo, me daban largas.


Es la misma cara de la mediocridad, la misma que cuando le cuentas a alguien que te va de LUJO, nunca te pregunta cómo lo has hecho. Y si se lo dices, seguramente después vendrá un chistecito o una broma, y a otra cosa.

La actitud productiva ante el dinero

La forma más sencilla de ser rico es saber escuchar. Pero escuchar activamente, intentando entender lo que dice tu entorno. Escucha a la persona que tienes al lado, a tu vecino, a tu primo, a tu barrio, a tu pueblo, a tu país, al mundo; escucha a quien quieras pero escucha. Cuando empieces a escuchar verás el mundo de otra manera.

Escuchar para ser ricoHace un tiempo, leí la historia de un chaval jovencito. El chaval, de dieciocho años, explicaba que estuvo de visita en la Bolsa de Madrid. Una vez allí se sorprendió al ver que estaba llena de “viejos”. Esos ancianos le habían preguntado, por ser joven, qué pensaba él de la bolsa, qué acciones le parecían buenas y por qué motivos… El chico veía que hacían lo mismo con todos los jóvenes que pasaban por el lugar y se fue pensando que sólo había “carcamales” en la Bolsa de Madrid y que no valía la pena hablar con ellos. Lo que no aprendió nuestro protagonista es que aquellos hombres no buscaban que el niño les aconsejara qué acción podían comprar. Simplemente querían escuchar lo que él tenía que contar. Escuchar…

El muyayo y la sordera

No siempre fui así. También estuvo en el bando de los desinformados, en el bando de los tímpanos afectados. No olvidaré aquello que me pasó hace años cuando estaba en Bristol trabajando. Recogía vasos en una discoteca. Un compañero de trabajo natural de Lanzarote, me dio el mejor consejo que probablemente me han dado en la vida. Me dijo lo siguiente: «Muyayo, tu eres muy listo y eres un grande de verdad, pero tienes un problema«. ¿Qué problema?, le pregunte. «No escuchas«.

Escucha activa para ser ricoNo escuchas. Me quedé helado. Esas palabras aún retumban en mi cabeza. Desde entonces he intentado escuchar. Creo que no soy el único en este país que padecía de sordera generalizada. Desconozco el motivo, no sé si la culpa es del Gobierno, de la Sociedad, del Sistema, de la Educación o de los Ricos (nuevamente los ricos). De lo que sí estoy seguro es que vivimos en un Estado de sordos.

Entender el dinero: riqueza y dinero no es lo mismo.


La riqueza no significa poseer mucho dinero. La riqueza implica tener la suficiente cantidad económica y la capacidad de decisión que te permita ser libre.

Ser rico a cualquier precio

El que quiere ser rico a cualquier precio acaba comprando con avaricia la peor inversión, como si se la fueran a quitar, llámese Abengoa, Terra, Gowex, o cualquier chicharro del momento. El que quiere ser rico de esta manera cae con todo su patrimonio en UneteNet o en Afinsa. Hay gente haciéndose rica a costa de los que quieren ser ricos.

El problema no es hacer estas inversiones, no me malinterpretes. En una de éstas podemos caer cualquiera, a mí con lo joven que soy, me han colado muchas cosas y me he quedado con cara de tonto varias veces.

Perdonad la dureza de mis palabras, Cazadividendos me ha llamado la atención, pero considero que esto tiene que calar hondo, si consigo que una persona no entre en Quabit buscando el Santo Grial estaré contento. Conoces el dicho “ir a por lana y terminar trasquilado”, ¿no?…

La avaricia provoca errores para alcanzar la riqueza demasiado rápidoEl verdadero quid de la cuestión, no es la inversión en estas “joyitas” (invierte si quieres, pero atento al resultado). El contratiempo se presenta cuando gana la partida la avaricia (suele ser la avaricia o la envidia las que hacen que entremos en este tipo de activos) y acabamos poniendo el 30, 40, 50, 60, 70, 80, 90, o incluso, el 100% de nuestro patrimonio en el próximo crecepelo del mercado.

Los dos premisas para ser rico


Únicamente vas a ser rico si cumples dos condiciones indispensables. A partir de ahí podrás llegar a ser rico o no, pero si no cumples estas condiciones seguro que no lo serás: la primera, que tu riqueza no dependa de tu dinero, y la segunda, que no te creas más listo que el mercado; porque el mercado pone a cada uno en su lugar, eso sin duda.

Para ver la realidad sólo hace falta contemplarlaSiempre digo que soy rico, y no depende del dinero que tenga. Hay personas con grandes riquezas, que no te contarán cómo lo han hecho, porque todavía no son Ricos. Tú no querrás ser de esos, ¿verdad? Para ver la realidad sólo hace falta contemplarla. ¿Acaso lo dudas? Busca los dueños de empresas que fueron punteras en su momento y las vendieron por mucho dinero. Comprobarás que, tras un periodo de retiro, tuvieron que volver a buscarse la vida, porque se dieron cuenta que precisamente la vida, la vida… la estaban perdiendo.

Opinión de Cazadividendos y despedida

Conozco a Elniñoarriba desde hace unos meses y me gusta mucho su manera de entender la vida: emprendedor, inquieto, buscando mejorar aunque implique esfuerzo y embarcado siempre en varios proyectos paralelos a su ocupación principal. Mira, un pringao como yo, pensé yo en uno de mis arranques cínicos. Y es que abarcar más de lo que puedo es una de mis características vitales.

Varios meses después volvimos a hablar y me explicó que estaba acabando «Sacudiendo los mercados», un libro sobre inversiones que puedes encontrar en nuestra página de recursos, y le propuse presentarlo en el blog. ¿Y qué mejor forma de presentar a un escritor que con un artículo? Ya habrás comprobado que su forma de escribir es fresca, amena y sabe mantener la atención.

¿Qué te parece lo que nos ha contado? ¿Por qué esta hipocresía hacia el dinero? ¿Por qué tan pocos aplican las reglas del éxito si muchos las conocen? ¿Y por qué tanta gente se guarda para sí lo que le funciona en vez de explicarlo al resto?


¡Que tengas buena caza!

Y si quieres saber más…

Si quieres saber más sobre el dinero lee esta página. Y si prefieres entrar en profundidad en algún tema concreto, aquí tienes monográficos sobre los diferentes aspectos del dinero.



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