Discusión sobre el importe minimo para considerar que hemos alcanzado la independencia financiera¡Hola, cazadividendos! Hoy hablaremos sobre cuál es el importe mínimo a partir de los cuales se puede considerar que se ha alcanzado la independencia financiera. Está claro que no hay un número mágico y sí muchas variables como el nivel de gastos familiar, lo que nos cuesta el hecho de trabajar, la situación familiar, la confianza en el escenario político y social, la futura pensión o los imprevistos que condicionan la decisión. En este artículo haremos un recorrido por los aspectos más relevantes que marcarán nuestro importe objetivo para alcanzar la independencia financiera.

Los gastos y la independencia financiera

¿Qué porcentaje mínimo de los gastos consideráis necesario para plantearos dejar de trabajar? O más que para dejar de trabajar, para poder dejar de trabajar. Es decir, ¿cuándo trabajar no será necesario porque habremos alcanzado la independencia financiera? Para responder a esta pregunta tenemos que tener en cuenta varios aspectos. En primer lugar, el trabajo trae consigo una serie de gastos asociados: transporte, comida, cafés, ropa específica para la oficina, etc… Dejando de trabajar eliminaríamos un porcentaje muy alto de estos gastos. En el caso de la familia Cazadividendos supone aproximadamente el 40% o 50% de los gastos mensuales. Puede parecer exagerado, pero las cuentas no engañan:

Menú: 10 € x 20 días x 2 personas = 400 € / mes
Desayuno: 1.25 € x 20 días x 2 personas = 50 € / mes
Transporte: 40 € x 2 personas = 80 € / mes
Ropa y calzado específicos (aproximación): 600 €/año x 2 personas / 12 meses = 100 € / mes
Gastos farmacia, equipamiento (mochilas, mp3, caprichos por trabajar en un centro comercial, etc…): 20 € / mes

Esto hace un total de 650 € / mes, que es un importe nada despreciable y que suele ir en consonancia con el nivel de ingresos. Si el salario es más alto desayunaremos o comeremos en un sitio mejor, igual compramos un bocadillo para desayunar o nos permitimos más caprichos en alguna tienda del centro comercia. También, evidentemente, compraremos trajes de mejor calidad o calzado más de acuerdo a nuestro puesto de trabajo. En cualquier caso, dejar de trabajar supondrá un ahorro importante.

La independencia financiera también aumentará nuestros gastos, al disponer de más tiempo para hacer las actividades que nos gustaPor contra, dejar de trabajar también produce un incremento de los gastos del día a día, como desayunar y comer en casa, más gastos de suministros (agua, gas y luz), más reparaciones debidas al mayor uso de la casa, etc…. Alcanzar la independencia financiera nos proporcionará más tiempo libre, que seguro que implica más actividades lúdicas, más viajes, más uso del coche (gasolina, reparaciones, neumáticos,…). Este punto es muy difícil de cuantificar, pero es muy conveniente intentar hacer el ejercicio. Dejar de trabajar también tiene un impacto positivo en el ahorro familiar: comer y desayunar en casa, la guardería o los profesores particulares de los niños, trabajos profesionales que acabarás asumiendo tú, como pintar, reparar un escape o arreglar un mueble.

Incidir sobre los gastos puede adelantar la independencia financiera. Obviamente, si necesitas menos dinero para vivir,  necesitarás también menos ingresos para plantearte dejar de trabajar. Eso sí, sin perder el norte, que una cosa es racionalizar gastos y otra, vivir mal. Una opción que muchos DGI consideran es cambiar su residencia a un sitio más barato, con el consiguiente ahorro en todos los aspectos: alquiler, comida, impuestos, etc… Después del verano pasado escribí esta artículo sobre la posibilidad de vivir en un pueblo para reducir el nivel de gastos y mejorar la calidad de vida.

Ingresos pasivos para alcanzar la independencia financiera


Al hablar de ingresos pasivos, o básicamente de los dividendos, hay varios puntos a tratar. El primero es decidir si los utilizaremos únicamente para vivir, dejando que crezcan al rimo al que las empresas los vayan incrementando, o si queremos dedicar una parte a seguir engordando la máquina de generar ingresos pasivos. Para mi es fundamental poder reinvertir una parte de los dividendos para ser cada vez más independiente. En el fondo lo veo como un seguro contra imprevistos futuros. Una cosa es alcanzar la independencia financiera y otra no preocuparse por apuntalarla en el futuro por si hay algún revés con los ingresos pasivos.

En un escenario de independencia financiera es muy conveniente que los ingresos provengan de varias fuentes: dividendos, alquileres, aficiones, etc.Pero lo ingresos pasivos no tienen porqué ser sólo dividendos. En el caso de la familia Cazadividendos será la principal fuente de ingresos, es cierto, pero también prevemos unos ingresos por alquileres de los pisos en los que viven nuestros padres. Como ya he comentado otras veces, esperamos que tardemos muuuucho en poder alquilarlos, pero la pregunta de fondo es: ¿nos fiamos de la estabilidad de unos ingresos pasivos basados únicamente en el cobro de dividendos? ¿Y si cambia la legislación? ¿Y si en una crisis económica severa se recortan o suprimen algunos dividendos?

Esto nos lleva directamente a la pregunta 3, los cambios de escenario.Un detalle adicional de los ingresos pasivos es que, si no tenemos ingresos adicionales por rentas del trabajo, los mínimos exentos personal y familiar hacen que no tributemos por ellos hasta una cantidad considerable, que varía en función de la autonomía en la que resides y de tu situación personal. Los podéis consultar aquí, pero en 2015 hablamos de un mínimo personal de 5,550 € por contribuyente y de 2.400 € por el primer hijo. Por lo tanto, este punto es muy imporante: por el hecho de no trabajar pagaremos menos impuestos.

¿Peligrará la independencia financiera si cambia el escenario?

¿Y si quiebra un broker? ¿Y si la evolución del cambio de divisas se traduce en un recorte de nuestro poder adquisitivo? ¿Y si se reduce o elimina el dividendo de una empresa que pondera mucho en nuestra cartera?

Para todos estos supuestos sólo hay dos respuestas. La primera es ser una máquina y ser capaz de ver venir estas situaciones. No es mi caso. La segunda es diversificar, y diversificar en todos los aspectos que podamos: en brokers, en monedas, en mercados, en empresas, en sectores, … en todo lo que se nos ocurra. Por lo tanto, en nuestro camino hacia la independencia financiera es muy conveniente pensar en la cartera final e ir haciendo que nuestras inversiones nos lleven hacia ella. No es lo mismo que falle el 2% de nuestros ingresos que el 20%. Si mis ingresos por dividendos dependen de cinco empresas y una lo suspende, habré perdido el 20% de mi sueldo.


¿Cuál es el número máximo de empresas de una cartera? No lo sé, pero prefiero tener en cartera cincuenta empresas con un peso del 2% cada una, a riesgo de no poder seguirlas todas adecuadamente, que tener diez empresas que supongan el 10%, aunque las tenga supercontroladas.

Los imprevistos

Hay que tener en cuenta los imprevistos: al plantearse la independencia financiera hay que tener en cuenta que una cosa son los gastos medios mensuales y otra cosa muy diferente lo que puedas gastar un mes. El cambio de coche, arreglar la cocina (que ya le toca), ¡Ostras, la universidad de los niños! ¿Para qué gastos de consideración tenemos que estar preparados? A priori, si podemos reinvertir parte de los dividendos en hacer crecer la bola de nieve, este punto es menos importante porque podemos olvidarnos de la reinversión durante un tiempo para hacer frente al imprevisto. Además, hay gastos grandes que se pueden prever por la vida útil de las cosas: el coche, los electrómésticos o las reformas del hogar serían ejemplos. Para estas cosas habría que ir ahorrando…

En mi opinión, con unos 20.000 guardados para los gastos grandes que no podamos asumir con los ingresos pasivos seria más que suficiente.

¿Y la pensión?

¿Contamos con ella o no? Actualmente con quince años de cotización, siempre que dos de ellos sean en los últimos quince antes de la edad de contingencia (67), tendremos derecho a la pensión. Esto puede cambiar, obviamente: pueden aumentarlo a veinte el mínimo de años cotizados o forzar que tengas que trabajar cinco años de los últimos quince o…. lo que se les ocurra.

Con la legislación actual, por tanto, asumiendo que llevamos muchos años trabajando (en nuestro caso diecisiete) con trabajar dos años entre los 52 y los 67 años ya tendríamos derecho a una pensión, que supongo que sería la pensión mínima. La pregunta es: ¿Si dejas de trabajar estarás dispuesto a trabajar dos años dentro de unos años para tener derecho a esa pensión mínima? ¿Y si lo haces, luego cambia la legislación y tienes que trabajar otros dos años para tener derecho a la pensión?

En la misma línea que la pensión, tenemos la asistencia sanitaria. Con la legislación actual parece que por ser ciudadanos españoles, haber trabajado y poco más ya tenemos derecho. Puedes echar un vistazo a este artículo, en el que ya hablamos sobre esto. En cualquier caso, creo que es muy recomendable tener un seguro privado para no dejar en manos del estado algo tan serio como nuestra salud. Si no nos fiamos para nuestra pensión, ¿por qué nos vamos a fiar para la asistencia sanitaria?


Llega tu turno. ¿Cuál es tu opinión sobre este tema? ¿Tienes claro cuál es el final del camino? ¿Cómo sabrás que ha llegado?

¡Qué tengas buena caza!

Y si quieres saber más…

Si quieres una explicación general sobre el camino hacia la independencia financiera lee esta página. Si prefieres entrar en profundidad, aquí tienes las diferentes etapas del camino.



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