Las compras en grandes cantidades como instrumento de ahorro¡Hola, cazadividendos! El supermercado es uno de los grandes aliados del ahorro familiar. Está claro que si buscas la carne, el pescado y los productos frescos de calidad lo mejor es ir a los mercados tradicionales, pero para los productos no perecederos o con caducidades lejanas los supermercados hacen continuamente ofertas que bien aprovechadas pueden ahorrarte un buen pico. El sábado pasado fui a un supermercado que tenía en oferta aceite de oliva virgen extra de una primera marca. La oferta consistía en un descuento del 70% en la segunda unidad. Acabé comprando siete cajas… de quince botellas de un litro, es decir, 105 litros. Sí, ya sé que parece mucho, pero tampoco es tanto como parece. Sólo es cuestión de pensar cuanto vas a necesitar en los próximos meses y aprovechar el precio. En nuestro caso, si juntamos nuestro consumo, el consumo de mis suegros y el de mi madre, el resultado son dos botellas y medio a la semana, con lo cual tenemos aceite para unos diez meses.

Esto es sólo un ejemplo que nos servirá para ilustrar las buenas prácticas a la hora de comprar en los supermercados. Son «mis» buenas prácticas. Es posible que no estés de acuerdo con ellas o que a ti te funcionen otras. En ese caso, compártelas al final del artículo y aprendemos todos. Pero empecemos por lo básico.

Reglas generales para comprar en un supermercado

Ahora las enumeraré, pero se puede resumir en una única regla: aprovecha las buenas ofertas en productos que no caducan comprando en grandes cantidades. De esa manera comprarás productos de igual o mejor calidad que los que compras habitualmente pero pagando menos. Yo por ejemplo hago esto para comprar productos de primera calidad a precios de marca blanca. Las ofertas harán que el precio de ambas gamas de productos prácticamente se igual.

Puedes utilizar las ofertas para comprar marca blanca a precio de derribo. Dependerá de lo que valores ese plus de calidad que te da la marca blanca y no deja de ser una decisión personal. Hagas lo que hagas, aprovechar las ofertas cuando aparezcan e intentar acumular lo suficiente para los próximos meses te ahorrará una cantidad importante. Aprovecha, igual cuando te quedes sin aceite o sin atún no habrá una oferta como la que tienes ahora ante tus ojos.

Cada supermercado para lo que nos interesa

Ese es la primera regla. Si haces toda la compra en el mismo supermercado lo más probable es que las ofertas en unos productos se acaben compensando con los precios mayores en otros. No sé la razón, pero cada supermercado es más barato para una serie de productos. Supongo que se debe a cuestiones de negociación con sus proveedores, de transporte y de estrategia comercia. Así, en nuestro caso, utilizamos:

  • DIA como supermercado «de batalla». En general puedes comprar productos de primera marca sin mirar demasiado y acabar pagando precios razonables. Eso sí, no esperes grandes ofertas en ellos, ya que suelen centrarlas en los productos de su marca.
  • Carrefour y Eroski para productos de alimentación, limpieza y cuidado personal, ya que suelen tener muchas ofertas del tipo segunda unidad al 70% o paga dos unidades y llévate tres.
  • Makro para productos concretos como detergentes, productos de higiene personal, servilletas, papel de cocina o papel higiénico porque tienen presentaciones de muchas unidades con un precio menor. Digamos que para estos productos es más caro que Carrefour o Eroski cuando estos tienen ofertas, pero sin ofertas es mucho más barato.

Haz compras online


Ahora es mucho más sencillo. Antes íbamos al supermercado a hacer las compras y la inversión en tiempo, los gastos del coche y cansancio podían hacerte desistir, pero últimamente nos hemos aficionado a las compras online y realmente tiene muchas ventajas:

  • Evitas tener que cargar con todos los productos hasta casa.
  • Pierdes mucho menos tiempo. No tienes que patearte los pasillos del super, sino revisar las secciones de su web.
  • Puedes comprar a cualquier hora.
  • Evitas las trampas psicológicas del ahorro y el «ya lo haré más tarde» o «estoy cansado».

Además, los supermercados te cobran gastos de envío, pero la mayoría te dan la opción de no pagar nada si haces una compra de un cierto importe. Si miramos los que yo uso, ese importe son 50 € en el Día, 120 € en el caso del Carrefour y 140 € en el Eroski. Pueden parecer algo altos en algún caso pero, si planificas las compras, te garantizo que llegas sin ningún tipo de esfuerzo.

Compra lo que necesitas

Pero no te ciegues. Tener ante ti un expositor con miles de productos te puede hacer comprar por impulso. No lo hagas. Piensa exactamente qué necesites y compra sólo eso. Un consejo que he leído en varios sitios y que me parece muy adecuado es evitar los alimentos “con apellido”, porque  suelen ser más caros. ¿Qué compras?

  • ¿Pan o pan rústico de masa madre?
  • ¿Yogur o yogur bio?
  • ¿Huevos o huevos tradicionales?
  • ¿Mermelada o mermelada casera?

¡Ojo! Algunos de estos «apellidos» pueden aportar valor real para ti. En ese caso, nada que decir. Pero muchas veces nos dejamos llevar por el nombre, sin pensar en si realmente compensa la diferencia de precio. Seguro que algunas veces hay un incremento en la calidad del producto, pero no hay duda de que muchas veces estos productos tan exclusivos responden a estrategias de marketing muy estudiadas.

Aprovecha las ofertas

Y llegamos al meollo de la cuestión: las ofertas. La base del ahorro en las compras del supermercado es aprovechar las ofertas que utilizan como reclamo. Si te ciñes a ellas y compras cubriendo tus necesidades de los próximos meses seguro que la jugada te saldrá redonda. Pero para conseguir esto tenemos que tener en cuenta varios factores.

Ten claro lo que comprarás


No improvises. Piensa antes de ponerte lo que quieres comprar. Si quieres aceite de oliva virgen extra, compra exactamente eso. No bajes un escalón porque no queden existencia y compres otro tipo de aceite. Recuerda que la idea es aprovechar las ofertas de los productos que necesitas para comprar más barato. Si acabas comprando otros productos o pagándolos más caros de lo que pensabas, no habrás conseguido el objetivo. En este caso, déjalo y espera una mejor oportunidad. Y si necesitas comprarlo porque no te queda nada en casa, compra lo justo para ir tirando.

De la misma manera, intenta no comprar cosas que no tenías previstas. Puedes hacerlo, por supuesto, pero intenta ser racional y valorar objetivamente si es una necesidad que habías olvidado o estás pensando en comprar porque el supermercado ha acertado en su manera de ofrecértelo.

Es importante conocer el precio del producto

Lo primero a comentar es que aprovechar las ofertas no es tan inmediato como parece. Que el supermercado diga que un precio tiene un gran descuento no es garantía de que lo sea. De hecho, es muy importante tener una idea bastante aproximada del precio de los productos que más usas y especialmente de los que presentan ofertas con asiduidad. Si no sabes lo que valen, tampoco sabrás valorar hasta qué punto la supuesta oferta es una oferta real.

Por eso es importante saber que el aceite de oliva virgen extra está en la zona de los 6 €, dependiendo de la marca, y que un 3×2 debería dejarlo por unos 4 € aproximadamente. Si el aceite rebajado tiene un precio de 8 €, la oferta no será tan jugosa como pretenden. Y esa es una de las trampas que utilizan algunos supermercados: inflar los precios de los productos que van a poner en promoción. O sólo promocionar los productos que están más caros que la competencia, que tiene la misma consecuencia.

En resumen: olvídate del formato de la oferta. Lo único que tiene que importarte es que el precio unitario final sea sustancialmente más barato que el precio habitual en cualquier gran superficie. Y si dudas de cuál es el precio habitual, una simple búsqueda en Google de ese producto te devolverá el rango de precios en los establecimientos más conocidos.

Revisa que sean realmente ofertas


Porque a veces ocurre que el producto rebajado está más caro que el mismo producto en otro formato que teóricamente debería ser más caro. No es la primera vez que el «formato ahorro» tiene un precio por litro o por kg mayor que un formato mucho más pequeño. En ese caso estarás haciendo el canelo comprando en grandes cantidades…

Una vez más, no te fíes del marketing de los supermercados. Todo está perfectamente estudiado para que compres lo que a ellos les interesa:

  • Colocan los productos estratégicamente para que destaque el producto que quieren venderte.
  • Atraen la atención con grandes y llamativas etiquetas sobre productos que no son tan baratas como quieren hacerte ver.
  • Ponen pocas unidades del producto rebajado para que se acabe y tengas que comprar el de al lado, que está más caro.

Una muy buena herramienta que ponen a tu disposición algunos supermercados online es ordenar los productos de cada sección por diferentes criterios. Si tu supermercado te ofrece esta posibilidad, busca la opción de ordenarlos por precio unitario (precio por kg, precio por litro, precio por unidad, etc…). De esa manera podrás comparar los diferentes empaquetados del mismo producto y valorar qué te interesa más.

Haz compras por volumen

La madre del ahorro en el supermercado. Si ves un producto objetivamente barato, se trata de algo que no caduca o no se estropea, tienes poca cantidad en casa y tienes espacio para guardarlo…. ¡Adelante! Cómpralo. No dudes de que será una buena compra. No pienses que ya vendrás otras ofertas más adelante. Por experiencia te digo que igual no llegan. O que si llegan igual no las aprovechas porque sólo necesitas eso y no te compensa pagar los gastos de envío.

No se trata de comprar al mejor precio, se trata de comprar barato de manera general y eso se consigue aprovechando las ofertas. El objetivo debería ser cubrir periodos de tiempo entre seis meses y un año para olvidarte de ese producto durante un tiempo. Y cuando te queden existencias para un par de meses, toca empezar de nuevo la búsqueda.

Las trampas de los supermercados


Supongo que conocerás la mayoría. Los más conocidos son poner los productos que siempre necesitas (pilas, caramelos para los niños, maquinillas de afeitar, etc. ) en las colas de las cajas para pagar, poner los productos que interesa comprar en los extremos de cada pasillo, poner los productos para niños en los estantes inferiores, etc…

Pues en las compras online pasa exactamente lo mismo. Por poner unos ejemplos:

  • Muchos supermercado, cuando llegas al momento de pagar, te envían a una página para ofrecerte productos relacionados con lo que has escogido.
  • Algunos incluso te envían un correo después de pagar ofreciéndote volver al carrito y complementarlo con las cosas que te has olvidado.
  • Si con tu compra tienes que pagar gastos de envío, te incitan a comprar más para llegar al importe mínimo para evitarlos.

Un truco final

Igual ya lo conoces, pero no está de más decirlo por si no es así. Muchos supermercados tienen un espacio para poner un cupón de descuento. Está pensado para que utilices las ofertas que te envían al correo electrónico.

Pues es una muy buena práctica buscar en Google cupones de tu supermercado porque suele haber cupones genéricos todos los meses. Si la compra es en Carrefour, busca «Carrefour cupones» y seguro que encuentras alguno que te ahorra 10 euretes. Por el poco esfuerzo que te cuesta vale la pena intentarlo, ¿no?

Tu entorno no te entenderá

Uno de los inconvenientes de ahorrar comprando grandes cantidades es que tienes que cargar mucho pesoEn el ejemplo que ponía al principio, realmente el dinero que gasté no tiene mucha importancia. Lo realmente importante es que ahorramos 174,56 € y además en un producto de primera calidad. La última vez que salió el tema en el trabajo, mientras desayunábamos, y expliqué que yo hacía este tipo de cosas para ahorrar tuve que oír el aluvión de frases típicas:  El «lo haces porque puede…«: como no tienes hipoteca, ni muchos hijos,… El «no vale la pena cargar con siete cajas», acompañada de una comparación chistosa con el equino de la izquierda. ¿No vale la pena? ¿Cuantas veces te han pagado 174,56 € por dos horas de trabajo. El «tú cobras más»: curioso, porque nadie, excepto mi mujer y mi madre, saben lo que cobro…En el fondo, el que no se consuela es porque no quiere y toda esa retahíla de frases no son más que excusas. Y como me gusta desmontar excusas seguí insistiendo:

CZD: Siempre puedes comprar dos cajas en vez de siete, y el ahorro sería de 50 €. Porque sí podrás gastar 100 € si te ahorras 50, ¿verdad?
Escéptico: Sí, gastarte 100 no es lo mismo que 350, ¿pero vale la pena por sólo 50 €?
CZD: Hombre, 50 € es el café de más de un mes.
Escéptico: Ya, pero toda esa movida sólo por dos cajas…
CZD: Dos cajas son 30 botellas, te olvidas del aceite por una temporada. Además, ¿no decías que si eran muchas cajas era una matada ir a buscarlas?

En ese punto me di cuenta de que tenían las orejas (y lo que es peor, la mente) cerradas a este tipo de ideas, y paré de insistir. Es mucho más lógico comprar cuando lo necesitas y punto. Ah, y quejarse de que el aceite cuesta casi 5 €… Si no fuese por esta naturaleza mía demasiado proclive a llevar la contraria no me vería inmerso en estos envolaos.

¿Y cuándo ahorrar comprando grandes cantidades?

Los vendedores suelen sorprenderse mucho al ver las cantidades compradas, pero es necesario para ahorrar lo suficiente para que compense el precio del transporte y el esfuerzoSupongo que mis compañeros de desayuno piensan que soy un tacaño crónico, aunque en el fondo me da igual. Tengo que admitir, eso sí, que la cara de sorpresa de la cajera al ver las siete cajas me hizo mascullar una justificación. Para mi esta estrategia tiene sentido con muchas familias de productos. Las más claras son las conservas, los productos de cuidado personal y los productos de limpieza. Hay que tener cuidado, por supuesto, y no pasarse. El objetivo para mi es comprar barato, no lo más barato. Da igual que ahora vea una oferta mejor. No hay que obsesionarse. Igual mañana veo una oferta de aceite más barato, pero me da igual, primero porque ya tengo esa necesidad cubierta y segundo porque ya he comprado a buen precio. Recuerda: consumo responsable.

Luego está el tema del mantenimiento. hay que tener espacio para guardarlos en buenas condiciones, para que se conserven, y no pasarse con las cantidades. Los detergentes se pueden estropear si pasa un año, pero las conservas pueden guardarse sin problemas durante mucho tiempo (la caducidad suele ser de unos cinco años). La última vez que compré atún volví a casa con cuarenta paquetes de tres latas. Ciento veinte latas de atún… ¡Qué locura! Bueno, con una caducidad de cinco años hablamos de gastar veinticuatro latas de atún al año, es decir, dos latas al mes…

Hay muchas maneras de ahorrar. La mayoría de gente que conozco cambia primera marca por marca blanca, pero estando un poco atento a las ofertas puedes comprar primera marca a precio de marca blanca. En los ejemplos que he explicado acabo comprando atún Albó o Calvo o aceite de oliva virgen extra Hojiblanca a precio de marca blanca. En esto mi padre era un maestro. Cinco o seis años después de fallecer mi madre iba encontrando sorpresitas por casa en forma de detergentes, champús, botes de judías, etc… En esta, como en tantas otras cosas, haberlo visto de pequeño supone una ventaja competitiva…

Con esto no quiero decir que hacer esto no cueste. El sábado tuve que coger el coche para ir al hipermercado a comprar las siete cajas de aceite, perdí toda la tarde comprando en vez de estar paseando o viendo la tele y tendré que encajar los cuatrocientos euros de factura en mi economía familiar. Si hubiese optado por una compra online, hubiese tenido que dedicar un par de horitas delante del ordenador y estar en casa en el momento de la entrega.


El que no esté dispuesto a hacer esto comprará tres o cuatro botellas de aceite cuando las necesite en el super de debajo de casa, no tendrá que pensar en esos cuatrocientos euros de gasto extra y habrá pasado el sábado tomándose un café en una terraza. La vida es cuestión de elegir, pero con esta elección es muy sencillo ahorrar quinientos o mil euros o, por lo menos, no renunciar a la calidad por una cuestión de precio.

¿Y el ahorro para que lo utilizamos?

El ahorro que conseguimos lo utilizaremos para hacer rodar más rápido la bola de nieve¿Y qué hacemos con esos quinientos o mil euros? Pues aquí cada uno decide. Cada uno decidirá en función de sus inquietudes, necesidades o deseos. Lo más importante es que es dinero que tienes y que puedes gastar en lo que quieras. Conociendo tus intereses, seguro que el excedente irá al colchón de seguridad, al fondo de crash o a inversión, para continuar engordando la bola de nieve, pero incluso gastándolo en cualquier otras cosa, sería mucho más beneficioso que simplemente pagarlo de más. Imagínate que te fundes esos 174 € en un fin de semana con tu pareja, en un regalo para tu hijo o en ese capricho en el que piensas desde hace un par de semanas. Incluso en ese caso disfrutarías mucho más ese dinero que dándoselo al señor Carrefour. Muchas veces nos centramos en aumentar nuestros ingresos, cuando es más fácil reducir los gastos sin que nuestro nivel de vida se resienta.

Releyendo esta entrada, creo que no me beneficia en nada: ahora parezco mucho más friqui que antes… ¿Soy el único que compra en cantidades industriales? ¿O tu también tienes estrategias de ahorro «poco convencionales»?

¡Que tengas buena caza!

Y si quieres saber más…

Si quieres saber más sobre el el ahorro lee esta página. Y si prefieres entrar en profundidad en algún tema concreto, aquí tienes monográficos sobre los diferentes aspectos del ahorro.



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